Órbita SOLARIS 28 de marzo de 2021

El film “Little Joe” se une a la banda de adaptaciones de “La invasión de los ultracuerpos”

La idea que siempre acompaña a las películas de los Body Snatchers o “ladrones de cuerpos” es la invitación a leerlas en clave metafórica, que es la forma cómo una historia de ciencia-ficción cobra una mayor relevancia y alcanza la potencia necesaria para inquietar y provocar al gran público, más allá de los aficionados a su género propio. De hecho, de todas las películas susceptibles de ser leídas de esta forma, con un segundo sentido, puede que las adaptaciones cinematográficas de la novela de Jack Finney (Body Snatchers, 1955) estén entre las más afortunadas. Prueba de ello es que este grupo de filmes está formado ya por cuatro entregas (entre las que se encuentra La invasión de los ultracuerpos, de Philip Kaufman, en 1978) y se habla de una quinta en preparación. No obstante, el grupo podría tener un amigo inesperado, o un hijo bastardo de la idea de Finney, que silenciosamente podría estar esperando que el público la termine por incorporar al grupo más legítimo de adaptaciones de la novela. 

Su título es Little Joe y fue dirigida por la austriaca Jessica Hausner en 2019. Cuenta la historia de una madre soltera que trabaja creando plantas y flores modificadas genéticamente y que además son capaces de proporcionar una encantadora sensación de embriaguez y felicidad, así como el deseo de cuidarlas, ¿les va sonando la idea? Cuando esta investigadora lleva a casa una de sus aparentemente inocentes creaciones vegetales, esta parece tener un efecto insospechado sobre su hijo.

Little Joe está rodada con una peculiar puesta en escena de evocación futurista, y colores vivos sobre fondos fríos que hacen sentir la realidad como algo artificial, experimental, como el propio juego genético del que nacen sus peligrosas flores capaces de inspirar a quienes las huelen el deseo de cuidarlas por encima de cualquier otra cosa. Hausner logra una deshumanización de los personajes, algo que tiene todo que ver con las adaptaciones de la novela de Jack Finney, pero bajo una fórmula novedosa que hace al conjunto de películas de La invasión de los ultracuerpos dar un nuevo paso, evolucionar un nuevo tanto, conquistar un metro más en eso que podríamos llamar la aplicabilidad de la metáfora de los ultracuerpos en el tiempo de la contemporaneidad. 

En el libro SOLARIS #5 La invasión de los ultracuerpos, de Philip Kaufman, es Israel Paredes quien aborda la reflexión de Little Joe como último integrante de las películas de los ultracuerpos, en su artículo “Una imagen para una sociedad infectada (antes y después de la pandemia vírica)”. En palabras de Israel Paredes:

Los espacios de Little Joe se corresponden a nuestra concepción de lo real, y, sin embargo, Hausner, mediante la fotografía, el tratamiento del color y del espacio y con el uso de un formalismo extremo a la hora de construir las imágenes, crea un espacio representacional que opera de manera metafórica para trasladar al espectador a unas vidas que parecen suspendidas en el vacío1.

Y que sirve al autor para apuntar la naturaleza de una de las inquietudes causantes de esta nueva adaptación cinematográfica de la novela The Body Snatchers (1955):

Una superficialidad que da pie a Hausner a reflexionar sobre la condición humana, así como para exponer, de manera sucinta, cuestiones referentes a los límites éticos de la manipulación genética. El mundo sin alma, prosaico e intrascendental a pesar de la importancia de sus experimentos, de Little Joe nos muestra a unos personajes fríos y distantes, como poseídos por algo2.

Little Joe (Jessica Hausner, 2019)

La conexión entre Little Joe y La invasión de los ultracuerpos, así como el resto de adaptaciones, ha sido revelada por la propia directora Jessica Hausner, quien confiesa que el visionado de las películas y la lectura de la novela original fueron el origen de la inspiración que condujo al rodaje de su film. Little Joe, además, y siempre de acuerdo a las palabras de Hausner, retoma una de las nociones más clásicas de la idea original: aceptar la posibilidad de que esa persona que nosotros pensábamos que conocíamos bien, como nuestro marido, o un amigo muy cercano, no sea en realidad ESA persona, cosa que la directora sitúa como posible causa de gran parte de los conflictos que padecemos, especialmente en las esferas más íntimas, con las personas que creíamos conocer mejor que ninguna otra.

El ejemplo de Little Joe, estrenada en 2019, confirma que la idea original de Jack Finney, que dio lugar a varias películas como La invasión de los ultracuerpos (Philip Kaufman, 1978) y otras adaptaciones, no ha encontrado aún su límite. Merece la pena detenerse a analizar esta y el resto de adaptaciones de los “ladrones de cuerpos”, como sucede en el libro SOLARIS #5 La invasión de los ultracuerpos, de Philip Kaufman

[1] PAREDES, I. (2021). Una imagen para una sociedad infectada (antes y después de la pandemia vírica). En La invasión de los ultracuerpos, de Philip Kaufman. Madrid: Trama Editorial, p. 171.
[2] PAREDES, I., ibidem, p. 171.