Manifiesto SOLARIS
¿Qué, de nosotros, se juega en el espacio remoto y el tiempo imposible del cine que nos fascina sin remedio? ¿Qué se esconde de nosotros en las películas que nos atrapan, y qué secretos de ellas intuimos con el cuerpo, que se escapan a la palabra? ¿Sabemos qué se esconde en las películas que se nos imponen como las promesas y misterios de un planeta lejano? A menudo, bajar al fondo de las películas más necesarias conlleva tanto como viajar a estudiar un ser vivo a un planeta remoto, el planeta SOLARIS, hacer visible para uno lo que hasta entonces solo era un grito sordo, incalculable, insoslayable, imposible de olvidar, cristalizado para siempre en el tiempo de un planeta.
Sin embargo, se comprobará en los textos que siguen que la relación entre un viaje remoto y el descubrimiento de uno, son las dos caras de un mismo fenómeno, y que la intuición de los hallazgos lejanos, tan lejanos como los que se producen en los pliegues imprevistos y rincones inconscientes de un film, emerge de estas páginas como una pre- gunta dirigida a uno mismo, como una emergencia de conciencia, y que no habrá para el cinéfilo descubrimiento de vida remota alguna si no es a través de esa parte de sí de la que aún no sabe nada, ese otro interior que apenas está empezando a ser. SOLARIS juega a visibilizar esa parte de nosotros, secreta e inaccesible, activada por ese planeta-película, tan necesaria para entender un film. En esencia, que todo pasa por entender lo que se esconde bajo nuestra propia piel, lo que somos, el mundo en que vivimos, las cosas que nos pasan y su sentido en el tiempo.
Los textos que siguen son las huellas de los viajes de otros que se comprometieron primero, que viajaron antes, y en cuyas travesías se nos prometen los secretos que presentimos en las películas que necesitamos.